APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


viernes, 21 de octubre de 2016

BIENAL DE ARQUITECTURA 2016. REPORTING FROM THE FRONT.


Imagen-Icono de la Bienal



El arquitecto impenitente ha viajado a Venecia para ver la Bienal de Arquitectura 2016.

Ya lo hizo en la anterior edición del 2014 y entonces quedo defraudado. El mensaje de Rem Koolhaas, comisario de la exposición, era entonces pesimista y decepcionante: La arquitectura languidecía y se moría lentamente.

El movimiento de modernidad parecía estar agotado y los arquitectos invitados se enrocaban en posiciones bien nostálgicas, bien cínicas. El movimiento moderno, el post-modern, el minimalismo, el deconstructivismo, y todos los demás “ismos” parecían estar exhaustos después de tan largo camino. El futuro era incierto. Y al parecer nadie tenía respuesta a esta cuestión. 

Contagiados por este mensaje, las muestras en los distintos pabellones nacionales también adolecían de ilusión y optimismo. Incluso hubieron pabellones, como el alemán, que se presentaban desiertos y con solo un rollo de papel higiénico en la entrada en el que aparecían grafiadas algunas de las obras “de prestigio” de los últimos años. Todo lo demás era la nada.

Pero este año las cosas parecen que van cambiando y que el sol vuelve a salir. Su comisario, Alejandro Aravena y premio Prizker 2016, ha lanzado un mensaje de cierto optimismo y responsabilidad y ha señalado los retos y desafíos a los que la arquitectura debe dar respuesta de forma que recupere su papel en la sociedad y en la historia : “el ser capaz de partir desde fuera de la arquitectura,  en ese ámbito de problemas inespecíficos que le pueden importar a la sociedad, y sintetizarlos en clave de propuesta arquitectónica específica, para ser devuelta a la sociedad y juzgada por esta".


    

Aravena reconoce “que si algún poder tiene la arquitectura es el de síntesis, y en eses sentido no hay que tenerle susto a comenzar por diseñar la pregunta e identificar cuantas variables tiene la ecuación. Al hablar de ecuación lo que se explicita son los términos a los cuales deberás responder después. La dificultad, o tal vez la gracia, de la arquitectura es que para esa determinada ecuación no hay una respuesta única. Pero la capacidad de explicitar que es lo que informa la forma del proyecto es el tipo de cuestiones que uno esperaría que aborde la arquitectura. Normalmente lo que hacemos los arquitectos es que, ante la posibilidad de que fuerzas contradictorias hagan que la obra u objeto final no sea todo lo pulcro, desde las reglas de la arquitectura, acomodes la pregunta”.

Aravena nos está indicando  que  seamos honestos e implacables en preguntarnos cuales son los problemas reales.

Pabellon Turkia


Por ello para Aravena una buena obra es “aquella capaz de sintetizar un espectro o capas de variables que parten de cuestiones absolutamente prácticas y concretas. Al star- architect se le critica por preocuparse de la dimensión iconica de la arquitectura, respondiendo a lo estrictamente disciplinar, cuando hay que preocuparse también de los problemas de la gente. Pero si se considera solo los problemas y abandonas la dimensión artística del proyecto, también estará incompleto.”

Y así llega a la cuestion final de que “es la pregunta la que debe ser distinta, no la respuesta”. Es decir, salir de la especificad del problema a la inespecifidad de la pregunta.

Esta honestidad y sentido de la equidad es la que ha llevado Aravena a la Bienal de este año. Y en esa pregunta matriz figuran los términos como contaminación, congestión, segregación, inseguridad, sustentabilidad, migraciones, tráfico, deshechos, crimen, desastres naturales, periferias, calidad de vida etc. Aravena plantea así como conformar una discusión sobre problemas que, aun no perteneciendo estrictamente a la arquitectura,  con el conocimiento específico de esta (que es traducir a forma) se puedan organizar una serie de propuestas.

Para responder a estas preguntas la Bienal 2016 busca compartir casos, herramientas, estrategias y experiencias de manera que cuando uno vuelva a su lugar de origen lo haga con más armas y dimensiones que tal vez no  imaginaba para su caso concreto y local. También el poder anticiparse a ver un problema ya existente en otros territorios y que, en el de uno, está latente. Todas las noticias desde los escenarios conflictivos son buenas en su medida.   Esto es reportar desde el frente.

La Bienal se ha centrado en no generar arquitecturas del star-system, ni en obras faraónicas de acero y cristal. Todo lo contrario. Predomina el lenguaje formal austero, sencillo y altamente sensible. Las propuestas presentadas que han entendido el mensaje de Aravena muestran una capacidad de síntesis eficiente a las necesidades de los clientes, bien sean estas familias en campamentos, comunidades en conflicto, ciudades arrasadas por desastres naturales, o periferias carentes de recursos. Aravena ha convocado a arquitectos y otros profesionales, todos comprometidos, a reportar desde el frente y compartir lo que están haciendo en esa línea.

Pabellon de Slovenia


Como señala el profesor Pablo Allard esta Bienal es “la más política de todas”. Pero no hay que confundirse. No se trata “de una reivindicación de la arquitectura como una disciplina humanitaria, una especie de vocación por los pobres y más desposeídos enraizada en valores como la caridad o la compasión. Por otro lado, si se intenta interpretar la convocatoria de la Bienal como una emancipación desde la arquitectura en contra del capitalismo global, como una especie de manifiesto ocupa, sin duda la frustración y la desorientación será mayor. Nada más lejos del interés de Aravena, cuyo pragmatismo ante el sentido de urgencia que presentan los desafíos del frente de batalla no dan tiempo que perder en discursos teóricos refundacionales o ideologías de salón que se alejan del ámbito de competencia de la arquitectura”.

Según Allard  el espíritu de esta Bienal “es volver a situar a la arquitectura como parte de un fenómeno cultural en la esfera de lo público. Lo más relevante del pensamiento de Aravena radica en su convencimiento del rol transformador de la disciplina y la responsabilidad pública del arquitecto, sin por ello abdicar de la belleza como valor fundamental”.

Con el listado en mano, de las obras más interesantes, el recorrido por la exposición es amplio, diverso y con propuestas donde se pueden apreciar las distintas experiencias que los participantes han afrontado en situaciones de falta de recursos y  de oportunidad. En este sentido muchas de las muestras son heroicas.

Allard incide, entre otras, en las siguientes obras que el Arquitecto Impenitente constata y valora a la luz de los comentarios que el propio critico expone :

- Las experiencias relativas a la vida útil y reciclamiento de los materiales. El ejemplo más paradigmático es la instalación que el propio Aravena plantea en el zaguán de la misma exposición , donde a modo de denuncia, recicla las planchas de yeso- cartón y perfiles de acero que quedaron de la demolición de la Bienal anterior, disponiéndolos  como un nuevo revestimiento de paredes y acabado de cielo-techo generando un ambiente de espiritualidad que imprime un cierto tono de solemnidad al iniciar el recorrido.

Zaguan de acceso a la Bienal


-Obras de entidades y oficinas que operan en el frente de lo público y que tratan de enfrentar desde la arquitectura las demandas de mayor equidad o calidad de vida. Es el caso de las Empresas Publicas de Medellin con su plan de teleféricos y bibliotecas o de Design Work Shop, en Sudáfrica, que convierte un viaducto inacabado en un mercado popular que revierte las condiciones de inseguridad y violencia reinantes en la zona y potencia la economía local del barrio.

-El trabajo de Kunle Adeyemi y su oficina NLE en Nigeria, quien presenta a escala real su solución para escuelas flotantes para niños de Makokko en Lagos. Se trata de una zona de humedales donde el agua es el soporte para todo lo existente. Lo patético de esta actuación es que una vez comenzada la exposición se conoció la noticia del colapso de la escuela original por falta de mantenimiento y dejadez de las autoridades lo que pone en evidencia la precariedad del contexto.

 Kunle Adeyemi. Escuelas flotantes.


-La experiencia del chileno EltonLeniz que busca rescatar a niños vulnerables de  contextos urbanos y exponerlos de forma segura a la naturaleza y al paisaje cordillerano como una experiencia de escape de la violencia que viven a diario, mediante salas de clases abiertas, pérgolas e instalaciones  sutilmente diseñadas de manera que ponen en relevancia el paisaje y participan en el proceso de educación y sanación de los niños.


Elton Leniz. Aulas abiertas en la cordillera chilena.

-El estudio de las ciudades efímeras presentado por Rahul Mehrotra y el chileno Felipe Vera. Se trata del fenómeno de la ciudad instantánea de Kumbh Mela, donde cada doce años más de siete millones de peregrinos se instalan en las riberas del Ganges articulando un asentamiento temporal con todas las condiciones de infraestructura y seguridad en base a un sofisticado modelo de gestión y técnicas constructivas basadas en simples bambúes y lonas.

Rahul Mehrotra y Felipe Vera


Rahul Mehrotra y  Felipe Vera


-Ejemplo de exploraciones tectónicas. En este sentido es notable la investigación de John Ochsendorf y el BlokResearch Group. Apoyado por la capacidad tecnológica del MIT y la ETH de Zurich ha logrado desarrollar estructuras autosoportantes de monomateriales que funcionan solo a compresión, cubriendo grandes luces y minimizando los costos y tiempos de construcción.  Este mismo grupo colabora con Norman Foster (según Allard tal vez uno de los arquitectos consagrados que mejor leyó la invitación de Aravena).

John Ochsendorf y el Blok Research Group



John Ochsendorf y el Blok Research Group

En el caso de Foster se trata del uso del ladrillo común siguiendo un diseño de paraboloides hiperbólicos (es evidente la influencia de Gaudi) de fácil construcción y que permite generar bóvedas de bajo costo y gran resistencia. Estas bóvedas se usaran para una estrategia de aeropuertos para drones a desplegarse en las más remotas aldeas africanas. La tesis de Foster es que, ante la carencia de recursos y conectividad de caminos, el único atajo para que estas comunidades accedan a medicamentos urgentes o piezas de repuesto será por medio de un servicio de correo a base de drones. Durante el resto del año el “dronopuerto” albergara ferias, mercados y otras actividades de la comunidad.

-En la línea anterior cabe realzar la muestra de Solano Benítez y su Gabinete de Arquitectura que desde Paraguay desafía los límites de la geometría y la ingeniería estructural con un delirioso virtuosismo del empleo del ladrillo. Siguiendo la tradición de Eladio Dieste, pero recuperando el rigor de la mano de obra artesanal, Solano sorprende con una nave monumental de ladrillos y acero que parece próxima al colapso. Es una apuesta bella y arriesgada con exposición del proceso de diseño y encofrados utilizados.

Solano Benítez.Bovedas de ladrillo.



Solano Benítez.Bovedas de ladrillo.

-Respuestas desde la pertinencia de la belleza. Es el caso de los levantamientos y representación de edificios exhaustivos de Renato Rizzi, el cuarto oscuro de Aires Mateu o los viaductos  de Carrilho da Graca.

Los pabellones nacionales recogen estas muestras y otras de difícil explicación. Es el caso del pabellón de Rusia, que parece no haber entendido nada del mensaje de Aravena, y se han quedado en una retórica pomposa y nacional- imperialista. También es el caso del pabellón de Australia, que por ignoradas razones para el visitante, presento como única solución una piscina cristalina y un entorno de spa-relax. Misterios de la ciencia.

Otros pabellones, como el de Finlandia, han hecho un uso políticamente correcto de los problemas de los refugiados e inmigrantes. Otros, como el de Argentina, no han hecho nada.

Pabellón de Argentina

El pabellón de España, ganador del León de Oro, muestra la “ruinas” de la arquitectura de excesos del boom económico y su posterior crisis. La precariedad de la recuperación es manifiesta y sus propuestas van en la línea de nuevas prácticas más conscientes y conscientes de la realidad social y económica del país.


Pabellón de España



Cuando se finaliza el recorrido cabe reflexionar sobre la imagen-icono de la misma exposición.


Imagen-Icono de la Bienal

Se trata de la foto de la arqueóloga MariaReiche subida sobre una ligera escalera de aluminio en el desierto de Atacama, de forma de “ampliar su mirada” y reconocer las líneas de Nazca. La arqueóloga no tenía recursos ni tecnología para estudiar las líneas desde la posición privilegiada de un avión. Aravena reconoce en la modesta escalera la prueba de que “no debemos usar las dificultades o restricciones materiales como excusa para no hacer bien nuestro trabajo”. Contra la adversidad solo cabe pues el ingenio y la imaginación. Contra el abandono la persistencia. Contra los desafíos, épica. La arquitectura debe trabajar en este plano de humildad. Para Aravena hacer bien el trabajo en la Bienal ha consistido en abrir una discusión respecto de aquellas prácticas que desde “el frente de combate” están respondiendo con innovación y pertinencia a los desafíos críticos de nuestra sociedad.

Al marchar de la Bienal el Arquitecto Impenitente lo hace con una sensación de reconciliación con la arquitectura y con la vida.

Venecia desde el Museo Guggenheim. ©Maurizio Malena



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